martes, 1 de abril de 2014

LA PRIMERA IMPRESORA 3D DE ALIMENTOS ESTÁ LISTA


Foodini permitirá crear los platillos más novedosos del mercado. Las formas y colores dependen de la imaginación de sus creadores. Se puede diseñar cualquier cosa.

La empresa catalana Natural Machines ha lanzado al mercado la primera impresora 3D de comida. Foodini, como se llama la máquina, permite dar cualquier forma a los alimentos que se "imprimen", tanto dulces como salados: hamburguesas, panes, chocolate o pasta.

La impresora funciona con conexión a Internet y dispone de una pantalla táctil desde la que se pueden elegir recetas o diseñar un plato original. Su funcionamiento es muy similar al de una impresora 3D convencional, aunque en lugar de tinta, Foodini se carga con cinco cápsulas con ingredientes, siempre que no sean líquidos ni sólidos muy grandes.

A través de una aplicación de Android (el mismo sistema que usan los celulares), el usuario puede diseñar todo tipo de recetas. El software también ofrece una tienda de recetas, en la que se puede compartir las propias creaciones. Los chefs pueden subir sus ideas, y comercializarlas si quieren. Una vez elegido el menú, solo es cuestión de cargar las cápsulas, presionar el botón indicado y la comida comenzará a fabricarse inmediatamente.

El dispositivo, de aspecto similar a una impresora tradicional, crea los platos seleccionados imprimiendo finas capas de cada ingrediente. Con ella se puede crear todo lo que se pueda imaginar y diseñar en la computadora. 

Los fundadores de Natural Machines son Álex Moreu, Rosa Avellaneda, Lynette Kucsma y Emilio Sepúlveda, que llevan trabajando un año y medio en esta tecnología y han invertido 400 mil euros ($551 mil)

Tras meses de pruebas, ajustes y estudios de mercado, Foodini será pronto una realidad en las cocinas de restaurantes, panaderías, pastelerías y casas de particulares. Está previsto que la próxima semana salga a la venta en Estados Unidos y a finales de abril, en todo el mundo a través de Internet. Aunque, los compradores recibirán sus dispositivos en la segunda mitad del año. Esto sucederá, según Emilio Sepúlveda, porque el desarrollo de la impresora se ha hecho íntegramente en Barcelona pero la fabricación será en China.

Natural Machines afronta con optimismo el inicio de la comercialización de Foodini como un electrodoméstico de gama alta, cuyo precio ronda los 1 000 euros ($1 380). Hasta el momento han recibido 400 pedidos en Estados Unidos, China, Brasil, Rusia y los países del norte de Europa. 

Natural Machines, que tiene su sede en las instalaciones de Barcelona Activa, planea lanzar una ampliación de capital por un importe de 3 millones de euros ($4,1 millones). No descartan trasladar su sede a Estados Unidos o al menos mover allí a parte del equipo. Actualmente son 12 personas, entre ellos ingenieros, desarrolladores de software, especialistas en mercadotecnia y tecnología de alimentación.


Según Sepulveda, las patentes ya se están haciendo en EEUU. “Aquí en España no se dan las condiciones ni de financiación, es una pena". (EFE)

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